Como papás primerizos, enfrentarnos a una situación en la que nuestro hijo no se siente bien puede ser estresante. Nos preguntamos si debemos acudir al hospital o si es posible esperar para una consulta con su pediatra. Conocer los síntomas que requieren una consulta pediátrica de urgencias nos permitirá actuar con seguridad y evitar visitas innecesarias a emergencias.
Basándonos en las recomendaciones de expertos, podemos identificar cuándo es necesario buscar atención médica urgente y cuándo podemos manejar los síntomas desde casa o esperar una consulta regular. En este artículo te platico cómo identificar qué síntomas requieren de una consulta de emergencia.
Situaciones no urgentes: pide cita con tu pediatra.
Existen síntomas y malestares que, aunque preocupantes, no suelen requerir atención inmediata. La fiebre, por ejemplo, es un motivo común por el cual los padres acudimos a urgencias, pero en la mayoría de los casos, no es necesario. Si tu bebé tiene más de tres meses y su fiebre no supera los 40.5 °C, puedes monitorear la fiebre en casa y esperar 48 a 72 horas antes de consultar con el pediatra. Es importante observar otros síntomas que acompañen la fiebre, como dificultades respiratorias o manchas en la piel, que podrían indicar la necesidad de una evaluación más urgente.
Otros síntomas como la tos o el moco tampoco requieren una consulta pediátrica de urgencias, a menos que se acompañen de signos de dificultad respiratoria. Como papá, me ha pasado que mis hijos tienen episodios de tos persistente durante las temporadas escolares, pero mientras no presenten dificultad para respirar, he aprendido que estos síntomas pueden manejarse en casa con reposo y líquidos.
Situaciones que ameritan una consulta urgente.
Hay otros síntomas que no deben ser ignorados y que justifican una consulta pediátrica de urgencias. Por ejemplo, si aparecen manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar o si tu hijo presenta hinchazón en los labios o párpados, especialmente si se acompaña de dificultad para respirar, debes acudir al hospital de inmediato, ya que podría tratarse de una reacción alérgica grave.
La fiebre en bebés menores de tres meses siempre requiere atención médica urgente, independientemente de su valor, ya que las infecciones en esta etapa de la vida pueden ser más serias. Además, cualquier fiebre superior a 40.5 °C en niños más grandes también amerita una evaluación médica urgente si se acompaña de otros síntomas como convulsiones, irritabilidad extrema o dificultad para respirar.
Signos de alarma en problemas respiratorios.
Uno de los momentos más angustiantes para cualquier padre es cuando su hijo presenta dificultades para respirar. Si notas que respira rápidamente, se le marcan las costillas al inhalar, o si escuchas un silbido al respirar, es hora de acudir a urgencias. Estos síntomas pueden indicar que el aire no está llegando correctamente a los pulmones, lo que requiere una evaluación inmediata.
Mi hijo pequeño presentó este tipo de síntomas y acudimos rápidamente a urgencias. Resultó ser una bronquiolitis, una infección respiratoria común en los niños pequeños, que afortunadamente fue tratada a tiempo.
Vómitos, diarrea y problemas digestivos.
Los problemas digestivos, como vómitos y diarrea, son comunes en la infancia, pero rara vez requieren una consulta pediátrica de urgencias. Sin embargo, si los vómitos persisten durante más de 24 horas, si tu hijo presenta signos de deshidratación como ojos hundidos, boca seca y orina poco, o si el dolor abdominal es intenso y continuo, es necesario buscar atención médica inmediata.
Otro aspecto importante es si tu hijo se traga un objeto extraño, como pilas o imanes, lo que podría ser peligroso y requiere evaluación médica urgente.
Situaciones graves: acudir inmediatamente a urgencias.
Algunas situaciones no solo requieren una consulta pediátrica de urgencias, sino que exigen atención inmediata. Encontré una guía muy útil de la Sociedad Española de Urgencia de Pediatría (SEUP), que por su generalidad se adapta a cualquier región del mundo. En esta guía se clasifican las diferentes situaciones que nos pueden llevar a los servicios médicos con nuestros hijos. Se muestran en forma de semáforo.
Verde para las que no son urgentes y puede ver su pediatra, en ámbar para las que sí precisan de valoración en urgencias y rojo para las que además requieren de atención médica inmediata. Estos últimos son los casos en los que deberíamos llamar al servicio de emergencias (911 en México). Por ejemplo, si tu hijo presenta una mala coloración en la piel, como palidez, azul o gris. También, si está extremadamente somnoliento o no responde a estímulos, debes actuar de inmediato.
Las convulsiones, los episodios de asfixia y heridas profundas que no dejan de sangrar son otros ejemplos claros de situaciones que requieren atención médica inmediata.
Identifica cuando una situación de salud requiere atención de emergencia.
Saber cuándo llevar a nuestros hijos a una consulta pediátrica de urgencias puede ahorrarnos estrés innecesario y garantizar que nuestros pequeños reciban la atención adecuada cuando más lo necesitan. Aprender a reconocer los signos de alarma es esencial para actuar con rapidez y seguridad.
Si este artículo te ha sido útil, compártelo con otros papás que puedan necesitar esta información. Además, no olvides seguir el podcast Prematuramente Padre en Spotify para más consejos sobre la crianza. ¡Nos vemos también en Instagram y TikTok para más contenido sobre paternidad!
DISCLAIMER (Renuncia de responsabilidad):
- Si no se indica lo contrario, los consejos que proporciono en este sitio son dirigidos a padres de niños sanos, sin enfermedades de base. En caso de duda, aconsejo consultar con tu pediatra o profesional médico de confianza.
- La información que se comparte se basa en la evidencia científica disponible en el momento de la elaboración de este contenido, pero puede variar en el futuro a medida que aparezcan nuevos estudios o recomendaciones.